Columnas

La cara B de la reunión morenista del sur

El Otro Balcón

Opinión por Carlos Manuel Juárez

Ya fue publicitada la cara A, la light, de la reunión morenista del sur de Tamaulipas que lideró el secretario general de Gobierno, Héctor Villegas González, ahora revelaré la cara B.

Para empezar el encuentro siguió el manual de la vieja política estatal. Por ello, Villegas González investido como el otro presidente estatal morenista, en lugar de Yuriria Vázquez, asumió la conducción y, al antiguo estilo, eligió que la sede fuera la casa del gerente general de la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa), Francisco González.

De entrada algo inicio mal. La lista de invitados e invitadas fue confeccionada sin cuidado en la Secretaría General de Gobierno (SGG), donde el ala norteña, es decir, Villegas y el subsecretario Tomás Gloria Requena, pensaron en convocar solo a aliados y un vencido.

La mala noticia para los operadores de la política interna estatal llegó cuando les cuestionaron la convocatoria tan selecta y cerrada, que no incluía a la cúpula de la Avanzada tamaulipeca en el sur y, aunque usted no lo crea, a la regidora Mónica Villarreal Anaya.

De última hora, la familia Villarreal, la consejera Lucero Deosdady, el hermano verde Marco Antonio Batarse Ferrel, Claudio de Leija y Marcelo Abundis Ramírez, delegados de Bienestar Social en Madero y Altamira, respectivamente, fueron convocados a pesar de la oposición de los organizadores.

Dieron las 14 horas y la mesa se comenzó a llenar con la senadora Guadalupe Covarrubias, el diputado federal Erasmo González Robledo y la legisladora Blanca Narro Panameño.

La jefa de la Junta de Gobierno, Úrsula Patricia Salazar Mojica, y sus compañeras de bancada, Nayeli Lara y Jesús Suárez Mata, ocuparon otra parte de la mesa guinda.

Contra todo el nado sincronizado que la borra del mapa electoral 2024, la secretaria del Trabajo del gobierno estatal, Olga Sosa Ruiz, apareció en la casa del agua.

La asistencia del alcalde de Altamira, Armando Martínez Manríquez, fue obligada por su posición. Quien extrañó a todos fue Adrián Oseguera Kernion, alcalde de Ciudad Madero, que ha sido expulsado de facto por el morenismo tamaulipeco.

El diálogo inició con un mensaje poco real sobre el presente de la Cuarta transformación tamaulipeca. La línea del pronunciamiento del secretario general abrió el debate sobre el ejercicio del poder en la entidad.

Las molestias y diferencias surgidas de octubre de 2022 a la fecha saltaron, sobretodo entre las figuras surgidas antes y las promovidas por la Avanzada.

Las miradas entre Armando Martínez y Marcelo Abundis, rivales en Altamira, tensaron el ambiente. Erasmo González y Claudio de Leija, aspirantes por Ciudad Madero, compartieron un saludo cordial. Lucero Deosdady y Mónica Villarreal tuvieron que tolerarse.

Adrián Oseguera, tal vez el más cabecista de la mesa, agradeció a Villegas González la invitación y se mantuvo callado, como ha estado desde la elección a la gubernatura. Antes de dejar la alcaldía, bien haría en hablar sobre los señalamientos y su relación pública y privada con el exgobernador.

La discusión abrió con la regidora Mónica Villarreal señalando la falta de una mejor difusión de los resultados del primer semestre del gobierno de su hermano, Américo. Héctor Villegas respondió a la funcionaria municipal y, para evitar una escalada, Sosa Ruiz defendió al gabinete y llamó a la unidad.

La tensión se expandió al llegar el turno del líder de la Avanzada tamaulipeca. Serio y sin aspavientos dio su mensaje breve y directo; ni más, ni menos en una situación así, quien tiene el encargo de levantar un movimiento morenista incondicional al gobernador había sido relegado.

Los asistentes con mayor capacidad de análisis concluyeron que la presencia del hijo mayor de la familia Villarreal Santiago fue incómoda para el alcalde altamirense, ya que éste supone que la Avanzada quiere colocar a Abundis en la alcaldía.

En corto, el doctor Armando ataca a la joven agrupación morenista, pero en la reunión su postura fue sensata: “que sea candidato quien gane la encuesta, que se midan”, dijo con dedicatoria para los apuntados, entre ellos Claudio de Leija.

Puestas sobre la mesa las diferencias, la reunión transcurrió con menos presión, ni el asomo de unos apoyan a Claudia Sheinbaum, otros a Adán Augusto López o Marcelo Ebrard. Al finalizar, las aguas se calmaron y parece que cada quien entendió cuál será su posible camino de enero al 2 de junio de 2024.

Sin embargo, en el núcleo del morenismo y neo morenismo tamaulipeco quedó la mala señal del secretario Villegas, quien estuvo a punto de provocar un problema mayor en el arranque de la temporada de pactos desde la oficialidad.

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