Columnas

Obscenidad naranja

La Comuna

José Ángel Solorio Martínez

Sólo irán tres candidatos por la senaduría en la elección extraordinaria de febrero 19 del 2023. José Ramón Gómez Leal (MORENA), Imelda Sanmiguel (PAN) y Manuel Muñoz Cano (PV). De los otros: ni sus luces. Se sabe que el PRI, PRD y PT, van coaligados; es decir: están participando en el proceso.
¿Y Movimiento Ciudadano?
Al parecer, no dio la importancia debida a los comicios.
Y mucho menos, dimensionó la falta de respeto a las instituciones electorales y a sus electores.
1.- Agravia a la autoridad electoral, porque las huestes tamaulipecas de Dante Delgado, reciben prerrogativas para el despliegue de sus actividades; y dentro de éstas, una de las más significativas es participar en las elecciones con candidatos sin dejar pasar, la difusión de su programa de acción y de sus principios. Dentro de lo que cabe, esa incorporación a la contienda, es una contribución para la ampliación y consolidación de la cultura ciudadana, la cultura cívica de los tamaulipecos.
Es decir: les vale sorbete, el aporte suyo para la educación política de la ciudadanía.
Bajo esos criterios, ¿se puede pensar que esa holgazanería electoral, genere buenos representantes populares?
¿Es ético, recibir dinero del INE, sin desplegar esfuerzos electorales que juraron ante la ley al momento de obtener su registro como entidades de interés público?
¿Es moralmente permitido, dar uso a los fondos públicos recibidos, destinos desconocidos?
¿Participarán los naranjas como parte de la autoridad electoral –representantes de partido en las juntas local y distrital del INE–, o también se ausentarán de esa obligación?
2.- El desdén naranja, abofetea a sus seguidores y simpatizantes. La intermitencia de la labor política, sólo puede llevar a la pérdida de confianza ciudadana en una agrupación por la cual esperarían votar en cada elección.
¿Qué pensarán los votantes que se pronunciaron por el MC en la última elección, cuando no vean el símbolo de sus preferencias en la boleta?
¿Podrán los dirigentes de esa agrupación, explicar a los ciudadanos con argumentos sensatos, su acción desde la hamaca?
¿Cómo resolver la contradicción que los seguirá para siempre?: no sumarse a unos comicios, y luego llamar a votar como obligación ciudadana.
Algún día lo comprenderán: caerán en su propia trampa.
3.- En el fondo, es una traición a su partido. Los tiempos, actuales –PAN en caída libre; PRI en constante degradación– el MC enfrentaba un futuro luminoso. Estaba destinado, a seguir con su trayectoria ascendente ante la declinación de los partidos tradicionales en la región. El 2023, sería transformar su crecimiento en tendencia; se acuchilló solito: el 2024, tendrá que remar a contracorriente, por la pérdida del impulso provocado por el abandono de sus tareas, sus votantes y sus militantes.
Este 2023, será para los naranjas funesto: pudieron, pero no quisieron.
4.- Un partido electorero que no va a elecciones, pierde su esencia y su naturaleza. El MC, no participa en movimientos sociales, se sabe; ir a unos comicios necesarios para nombrar a un representante de la entidad en el Senado, no es cosa menor.
¿Cómo calificar a una organización política –cuyo eje central de su proyecto es totalmente comicial–, que declina lanzar candidato en una contienda de importancia plena para los tamaulipecos?
Otra prueba más para los órganos electorales –tan severamente criticados estos años–, para mostrar su funcionalidad.
¿Harán el INE y el IETAM cuando me

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